El Monasterio de Monte Cassino

San Benito estableció el primer monasterio en Monte Cassino, Italia, en 529 A.D.

 

Después de manejar por la autopista A1, o la Autopista del Sol, partiendo de Roma, a medio camino a Nápoles, se encuentra la desviación para una pequeña aldea de Cassino. Después de camino muy estrecho sobre las faldas de la montaña durante 15 o 20 minutos, llegamos a las puertas del Monasterio de los Frailes Benedictinos.

Vista desde la Puerta de Entrada del Monasterio hacia el Valle de Casino.

 

Según dicen las historias, San Benito tuvo muchas peleas con el Demonio. Pero siempre lo vencía con la Señal de la Cruz.

 

La fachada del Monasterio, totalmente reconstruida en los años después de la guerra

 

Después de estacionar el coche, nos dirigimos hacia la fachada del Monasterio y atravesamos por la Puerta de la Entrada.

 

El Monasterio tiene varias secciones abiertas al turismo, durante ciertos horarios. Visitamos varios patios con pozos en el centro, estatuas, y con columnas y arcos alrededor. 

 

Desde estos pasillos arcados, podemos contemplar la campiña. 

 

Cerca de la 1:00 de tarde, nos tocaron una campana para avisarnos que teníamos que dejar el Monasterio. San Benito les dejó una norma para sus monjes: Ora et Labora (Rezar y Trabajar). Por lo visto, mientras trabajan, los visitantes nos les estorbamos, pero para la oración, prefieren un poco más de privacidad.

 

Gran parte de la vida de oración del Monasterio toma lugar en la Basílica.
 

Fachada de la Basílica del Monasterio

 

Nave principal del interior de la Basílica del Monasterio.

 

Monte Cassino es un lugar que mueve a la vida interior, a la meditación, a la oración. Es un lugar donde se respira un aire de paz. Pero no siempre. A solamente 50 años de su fundación, el Monasterio fue destruido en el VI siglo. Luego fue atacado por los sarracenos. Fue bombardeado en 1944, por los Aliados, que creyeron que los Alemanes lo estaban usando el Monasterio como fortaleza militar. Fue destruido totalmente, y reconstruido con recursos del gobierno italiano. Si nos fijamos en el techo, hay espacios donde hubo frescos. No han sido restaurados.

 

 Cripta con las tumbas de San Benito y Santa Escolástica.