Cuando los capitalinos pensamos visitar la región más al sur de nuestra Ciudad de México, Xochimilco, lo primero que nos viene en mente son sus
chinampas pintorescas, unas pequeñas embarcaciones lacustres, y en los maravillosos
invernaderos a pie de los canales.
Un paisaje típico de Xochimilco, con sus lagos, su flores, sus canales y sus invernaderos.
Por eso es fácil pasamos por alto una gran joya de arte sacro que nos dejaron aquí los primeros misioneros Franciscanos:
La Parroquia de San Bernardino de Siena.
Vista de la fachada de la Parroquia de San Bernardino de Siena, Xochimilco
Entramos por un amplio atrio, típico de las primeras Iglesias de los Franciscanos en la Nueva España, y nos topamos con la fachada de la Parroquia y con su Campanario.
Retablo del Altar Principal y Cúpula Octagonal
La Parroquia de San Bernardino de Siena tiene solamente una nave central, con varios arcos laterales, decorados con altares, puertas y retablos. El retablo del altar principal está actualmente en etapa de restauración: ver los espacios vacíos donde faltan cuadros. El retablo del altar principal hace honor a los apóstoles y santos venerados en los distintos barrios de Xochimilco.
Retablo en honor de Nuestra Señora de Carmen, con 4 pinturas de Villalpando.
La visita que hicimos a la Parroquia de San Bernardino fue provocada por la búsqueda de 4 pinturas de Cristóbal de Villalpando, que se encuentra en un retablo que está por uno de los lados de la nave de la Parroquia. El retablo está dedicado a la Devoción de Nuestra Señora del Carmen. En el centro, en la parte de arriba, está Cristo Crucificado. Al lado izquierdo, San Pedro de Alcántara, y al lado derecho, Santa Coleta. En el centro encontramos a la Virgen del Carmen con Santo Domingo y San Francisco, y en la parte de abajo, las animas del purgatorio, en estado de expiación. Hay dos nichos vacíos.
A continuación, vemos dos retablos laterales de la Parroquia de San Bernardino: de la Virgen de Guadalupe y del Cristo de las Burlas.
Retablo de la Virgen de Guadalupe
Retablo del Cristo de las Burlas
Hay un fresco de San Cristóbal, de proporciones gigantescas, pintado en la pared encima de uno de los portales laterales de la Parroquia. San Cristóbal, según las leyendas cristianas de los primeros siglos, ayudaba a las personas cruzar con seguridad el rio. Era natural que los naturales de Xochimilco que tuvieran devoción, por los peligros que les representaba vivir al lado del agua. El Papa Pablo VI, en 1969, removió a San Cristóbal del Calendario Litúrgico Católico, ya que no hubo claros fundamentos históricos para comprobar su existencia. Pero para Xochimilco, San Cristóbal sigue como gran protector celestial, y nadie aquí le cuestiona su identidad.
San Cristóbal carga al niño Jesús.
Entre la fachada de la Iglesia y el campanario, está la entrada del Claustro. De paso, entramos a una pequeña capilla con un antiguo y muy venerado crucifijo, y al lado, se encuentra un muy antigua pila bautismal tallada en cantera, con una serie de adornos dorados para el sagrado oficio del bautismo.
Pila bautismal tallada en cantera de la Parroquia de San Bernardino de Siena
Una vez que pasamos por la capilla del bautisterio, entramos al patio del Claustro, donde hubo claustro superior y claustro inferior, con su fuente central. En tiempos antiguos, de hecho hubo dos patios de Claustros.
Patio del claustro de la Parroquia de San Bernardino de Siena
La Parroquia de San Bernardino de Siena fue fundada en 1535, por el Fray Francisco de Soto. Aquí fueron misioneros Bernardino de Sahagún y Juan de Torquemada. La Parroquia fue consagrada a San Bernardino de Siena, quien nació en Italia en 1380 y fue ordenado sacerdote en 1404. Siempre ponía a su lado un estandarte con las palabras Dulce Nombre de Jesús, cuando predicaba. Fue criticado por algunos sacerdotes que le tenían envidia, ya que los sermones de Bernardino fueron muy populares. Murió en 1444, y 6 años después, fue canonizado por el Papa Nicolás.