Ayer, el Padre Luis Cano, de la Congregación de los Oratorianos de San Felipe Neri, Párroco de la Profesa y Curador de su Pinacoteca nos ofreció a los integrantes del grupo "Camino del Arte Sacro" una conferencia en la Sala Newman de la Pinacoteca.
La Sala Newman está llena de historia: está dedicada esta sala al Cardenal Newman, del Movimiento Oxford, una iniciativa que ayudó mucho para un reacercamiento entre Anglicanos y Católicos en Inglaterra, durante el Siglo XIX. Entre otros logros, el Cardenal Newman se convirtió al Catolicismo y fundó la Congregación de San Felipe Neri en Birmingham, Inglaterra, y luego en Londres.
En este salón ricamente decorado por cuadros de los personajes más importantes de la Congregación, encontramos una pintura del patrocinio de San José, cuidando a los Oratorianos, mientras San Felipe Neri y la Virgen Santísima tiende un manto para acobijar a los miembros de la Congregación. Tenemos que entender el contexto histórico de esta obra, ya que durante los años precedentes (circa 1760), hubo muchos fallecimientos de sacerdotes de la congregación, debido a enfermedades por infecciones de contagio. En el culto católico, San José es el Patrón de la Buena Muerte, ya que se supone, que San José tuvo los dos mejores posibles acompañantes en su lecho de muerte: su Hijo, Jesucristo, y su esposa, la Santísima Virgen. Decimos "se supone", ya que en el Evangelio, no existe ningún comentario sobre las circunstancias de la muerte de San José. La forma en que San José tiene extendidos sus brazos en este cuadro, nos lleva a pensar erróneamente, a primera vista, que se trata de Cristo resucitado, pero al no haber heridas en las manos ni en los pies, nos damos cuenta que efectivamente se trata de San José. Después de la dedicación de esta obra, bajo de forma importante la mortandad de los Oratorianos, que nos lleva a pensar que, posiblemente la intercesión de San José fue efectiva.
La Sala Newman es el mejor lugar en México para entender gráficamente la historia de San Felipe Neri, y la mística y la misión de la congregación de los Oratorianos. En este lugar sobrio y formal, encontramos rasgos de la picadilla y ironía típicamente romanas, en forma de par de mascotas. Se trata de la historia del Padre Antonio Gallonio, romano, y primer biógrafo de San Felipe Neri. Desde un principio, el Padre Felipe Neri ejerce su ministerio desde la Iglesia de San Gerardo. Con el crecimiento de la Congregación, el Padre Felipe Neri acompaña a sus compañeros a la "Iglesia Nueva", Santa María en Vallicella. El Padre Felipe Neri tenia una mascota, un perro callejero, de aspecto muy ordinario. El perro no quiso cambio de hogar. Preocupado, el Padre Felipe Neri, mandaba a pasear al perro, y a otra mascota, un gato, con el Padre Gallonio. En el contexto de la vida social de Roma en el Siglo XVI, pasear a la mascota era una actividad humillante. El Padre Felipe Neri lo hacia, sin duda alguna, ya que sabia que el Padre Gallonio era bueno, pero necesitaba una lección en la virtud de la humildad. Este detalle era muy típico de la personalidad de San Felipe Neri. Muchos de los cuadros de la Sala Newman son atribuidos a Salguero, mientras que otros son de Antonio de Torres.
En esta sala Newman, el Padre Luis Cano nos explicó los logros y los tropiezos que haya tenido el arte en general en la Iglesia, y dentro de la devoción a los Santos, tanto los reales como los apócrifos. Un ejemplo que nos citó fue la pintura que frecuentemente se hacia de la Virgen Santísima, rezando el Rosario, algo absurdo, ya que el Rosario es una devoción que se inicia en la Iglesia por San Dominico, en el Siglo XII, más de mil años después de la Asunción de la Virgen en los Cielos . Nos explicó como tanto en la Iglesia protestante como en la religión de los judíos el papel de los de las imágenes. Con un tono conmovedor, reconoció que la Iglesia ha caído en excesos en su devoción a los santos, y que el papel de Concilio del Trento fue de corregir esos errores, y que las imágenes se convirtieran en un medio del culto, y no en el fin.
El Padre Luis Cano nos leyó una sección de "Vida en México" de Madame Calderón de la Barca. Aquí nos relata "Fanny" Calderón, esposa del primer embajador de España en el México independiente en 1840, que la pinacoteca de la Profesa tiene la mejor colección de Arte Sacro del país, pero que lo ha podido ver ella, ya que la entrada a este recinto de la Profesa es exclusivamente para hombres. El recinto de la Profesa a que se refiere ella es la casa de los retiros. Los Oratorianos organizaban casas de retiros, tanto como para hombres como para mujeres, pero no mixtos, ya que se trataba de evitar los posible escándalos.